Desde entonces, trabajamos los diferentes recursos en nuestras aulas para garantizar un buen ambiente es nuestro alumnado y centro.
Durante el proceso de enseñanza aprendizaje, ponemos en práctica la percepción emocional, la facilitación o asimilación emocional, la comprensión emocional y la regulación emocional.
Gracias al trabajo de las emociones, se genera un bienestar en las relaciones sociales, nos hace menos vulnerables al efecto negativo y depresión, tiene un efecto positivo en la prevención de consumo de drogas y se ayuda a desarrollar una mayor sensibilidad interpersonal y social, a la vez que se desarrolla mayor tolerancia al estrés y capacidad de liderazgo.
Nuestro alumnado aprende los conocimientos, actitudes y habilidades necesarias para:
1.- Reconocer y manejar las emociones
2.- Estableces y alcanzar objetivos positivos
3.- Demostrar interés y preocupación por los demás.
4.- Entablar y conservar relaciones positivas.
5.- Manejar con eficacia las relaciones interpersonales.
Los estudios demuestran que cuando se establecen programas de educación emocional y social en el centro, mejora el rendimiento académico del alumnado.
Fuente: "Desarrollo afectivo en el ámbito escolar" Educación Responsable. Fundación Botín (2017). Pedrueca 1, 39003 Santander.
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